– Calma cuerpo y mente
– Disminuye la presión sanguínea
– Reduce en cortisol en sangre
– Mejora la gestión de las emociones
– Mejora concentración y aprendizaje
– Mejora la memoria
– Ayuda a enfocar la atención
– Contribuye a mejorar la autoestima
La meditación es una forma de entrenamiento de la mente, como el deporte es un entrenamiento del cuerpo; y de la misma forma que el deporte engloba un amplio grupo de actividades con el mismo propósito, hay un abanico infinito de tipos diferentes de meditación, dependiendo del propósito que queramos lograr.
En principio, meditar solo puede traerte cosas buenas. Sin embargo, si tienes traumas que te has ocultado durante mucho tiempo, es posible que salgan a la luz y pueda ser una experiencia desagradable, especialmente si no tienes cerca a alguien con experiencia o que te sirva de referente.
Si decides hacerlo por tu cuenta, lo ideal es empezar meditando de 5 a 10 minutos y aumentar el tiempo de práctica en función de cómo te sientas con ello. Mientras mantengas apertura, no deberías experimentar ningún problema.
Si bien es cierto que la meditación es una práctica habitual de los monjes budistas, no es menos cierto que con la idea del «Mindfulness» el concepto se ha occidentalizado para las mentes más agnósticas.
Uno puede meditar, y a través de la meditacion, entrar en contacto con «algo» más grande, que le hace sentirse mejor y ser mejor persona, o se puede meditar con el único fin de mejorar la concentración; la diferencia entre una cosa y la otra es clave, y se ve claro con un ejemplo: un francotirador puede mejorar mucho su técnica con el mindfulness, pero no significa que aunque lo que hace, lo haga bien, lo que hace esté bien. La meditación budista pone el foco en el bienestar global para llegar el bienestar individual, no al revés. Esto es así porque el bienestar individual suele estar lleno de razones egóicas de las que no somos conscientes.
De hecho, el dolor que podemos experimentar con la meditación siempre vendrá del confrontamiento con nuestras partes oscuras.
Las principales enseñanzas budistas pueden encontrarse en los libros e incluso por internet, pero lo que realmente funciona no es la teoría, sino la práctica. Cualquier conocimiento sin asociar la experiencia de la misma, se queda en un conocimiento superficial.
Generalmente se recomienda meditar por las mañanas, pues te prepara para enfrentarte al día con mejor disposición; pero en realidad, cualquier momento con el que te puedas comprometer a tener una práctica continuada te servirá.
